Clínica de Ortodoncia Dr. Francisco Martino
Revista AAA045. Enero 2013
La Clínica de Ortodoncia Dr. Francisco Martino es una instalación profesional para un ortodoncista joven, distribuida en un local de 65m2, en el piso 16 de la Torre Solazar, edificio de reciente factura que se localiza en pleno centro de la ciudad de Santo Domingo.
El proyecto nace con el interés de ofertar todos los servicios de ortodoncia de vanguardia, donde se incluye una sala de atención al paciente con dos sillones operativos; una oficina privada para el doctor; un área de esterilización y laboratorio que funciona paralelamente a un pequeño kitchenette; un baño interno; una sala de espera en el espacio de atención; y una sala de espera con el counter de recepción e información, área que se desarrolla más cercana al pasillo de entrada.
El diseño requirió de una cuidadosa distribución planimétrica ya que todos los espacios fueron trabajados dentro de dimensiones muy justas pero generosas, de manera que ningún área fuera ni más grande ni más pequeña de lo necesario. Dos aspectos logrados, particularmente importantes, son: la distribución de toda la infraestructura a nivel de piso, realizada sobre la losa de hormigón existente para evitar interferir con el local situado en el piso inferior; y el trabajo de transparencia e iluminación, tanto natural como artificial, que aprovecha al máximo la presencia de las ventanas ubicadas en la fachada sur del edificio. Este hecho determinó que los dos espacios privados del interior, la sala de atención y la oficina, fueran localizadas en el centro de la planta, articuladas por un corredor central que comunica la zona de llegada con la zona de operación.
Debido al carácter joven del cliente y a los estrictos horarios de intervención establecidos por el condominio, que limitaban nuestro acceso al trabajo a los fines de semana y a algunas horas después de las 5:00 p.m., los materiales utilizados en el diseño de interiores de este consultorio responden a un carácter práctico y contemporáneo, dando prioridad a aquellos de fácil instalación que requirieran poca terminación in situ.
Optamos por un pavimento porcelánico similar a la madera pero de alto tránsito; un plafond de sheetrock acanalado que constituyó uno de los principales discursos geométricos del proyecto, trabajando una serie de bajo relieves donde se colocaron las luminarias de bajo consumo a intervalos muy discriminados, lo que permitió crear una malla regular en el techo estimulando cierta libertad compositiva en las paredes y en los espacios interiores. Las particiones de vidrio fueron estrictamente coordinadas, tanto en planta como en elevación, con las escasas particiones de yeso realizadas.
Todo el mobiliario obedece a una paleta de blancos, grises y turquesas, con acentos a color en algunos muebles, y en particular sobre un mural realizado en tela, alegórico al tema de la sonrisa, encargado a la joven artista dominicana Nathalie Ramírez. Diversas fotografías de hermosos paisajes dominicanos, adquiridas al fotógrafo Guillermo Ricart, completan la imagen de contemporaneidad y profesionalidad del conjunto.